En primer lugar, cuando llegamos a un equipo tenemos que conocer lo más rápido posible todo el contexto que rodea al club y al grupo en particular. Dependiendo del objetivo del club, el momento en que lleguemos de la temporada, los recursos humanos y materiales de los que se dispongan y tras escuchar tanto a la parte directiva como a la social (aficionados), en base a todo lo anterior se puede empezar a trazar un plan. No es lo mismo llegar a un club con unas instalaciones propias que ajenas, a un club que esté en posiciones de descenso y bajo un clima de inestabilidad social que a un club en pretemporada y con todo por hacer.
Partiendo de esas premisas, lo primero sería estructurar el análisis a realizar en 4 partes: club (objetivo del mismo, RRHH y materiales, directiva y aficionados), jugadores (historial lesivo, calidad, body type, condición física, hábitos), temporada (rivales, calendario, objetivo y nivel del equipo) y cuerpo técnica (entrenador, resto de CT, tareas y régimen interno). Una vez obtengamos la máxima información posible es entonces cuando podremos empezar a planificar nuestro trabajo.
En los primeros días es cuando comenzaremos a introducir nuestra forma de trabajo, pero sin pasar por encima de nadie y observando la reacción por parte de todos. Es un buen momento para conocer los hábitos de los jugadores, sus reacciones, con el objetivo de intentar respetarles lo máximo e instaurar alguna cosa diferente que pueda serles de utilidad. A partir de ahí ya valoraremos el día a día, quizá la parte más importante de todo. ¿Cómo trabajar? ¿Qué hacer? ¿Cómo actuar?
Una semana tipo de entrenamiento comenzaría con el análisis de nuestro último partido (dependiendo de la semana incidiremos más en los errores o en los aciertos), posteriormente el análisis del rival para organizar la estrategia operativa y la planificación de los entrenamientos (objetivos y contenidos a trabajar). Todo ello sin olvidar dos factores fundamentales: el análisis condicional del equipo (ya sea a través de cuestionarios o GPS) y la progresión de la carga.
¿En qué puedo ayudar a un CT? En 4 aspectos fundamentales: en el control minucioso de la carga, en ejercer de enlace entre vestuario y entrenador, en ayudar a la confección de las tareas técnico-tácticas y en la prevención y rehabilitación de lesiones. Este último aspecto cobra especial importancia en la actualidad y es un aspecto prioritario en mi día a día. Lo llevaremos a cabo principalmente en el campo, pero también en el gimnasio. Ahora bien, sin olvidarnos del entrenamiento invisible: la nutrición y el descanso.
Por último, durante los partidos, mi aportación va más allá de realizar el calentamiento prepartido y el rewarm-up en el descanso. Mis funciones tienen que ver también con la importancia de la hidratación, aumentar la motivación del grupo, dar feedback para aumentar la intensidad, dar opinión sobre posibles cambios, calentamiento en banda, referencias sobre el rival, análisis del momento del partido y posibles aportaciones técnico-tácticas.
"He fallado una y otra vez en mi vida, por eso he conseguido el éxito". Michael Jordan